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Cómo y por qué las fotomultas podrían beneficiarnos

Cada año, miles de personas mueren en accidentes viales alrededor del mundo, a tal grado que estos son la primera causa de muerte entre personas de 15 y 29 años, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El pasado 2013, murieron 1,25 millones de personas en el mundo por accidentes de tránsito, siendo el exceso de velocidad el primero de cinco factores de riesgo en este tema; sin embargo, la OMS ha informado que el porcentaje de muertes por esta causa se está estabilizando, a pesar del crecimiento de la población mundial y del uso de vehículos. Esto se atribuye a la implementación de medidas de seguridad y mejores prácticas viales en carreteras y vialidades.

Reducir la velocidad a la que conducen los automovilistas también reduce la probabilidad de accidentes y la gravedad de sus consecuencias, principalmente para peatones, ciclistas y motociclistas; es así que se ha comprobado cómo existe una relación clara entre la velocidad y la cantidad y gravedad de los accidentes.

El control automático de la velocidad es uno de los diversos métodos que existen para vigilar los límites de velocidad, así como el más efectivo.

Esto ya que se trata de un mecanismo automático y por lo tanto, objetivo, que detecta los conductores que violan los límites de velocidad. Estos métodos son altamente eficaces si las multas de las infracciones son gestionadas de manera automática, con radares móviles y fijos, por ejemplo, métodos que han resultado exitosos en países europeos y no europeos.

El Informe final de SUPREME para las mejores prácticas de seguridad vial, reseña el programa de cámaras de seguridad de algunos países europeos y recomienda a la comunidad internacional aplicar este sistema, a la talla y medida de las necesidades locales.

Según el documento, el programa de cámaras de seguridad es gestionado por las instituciones locales facultadas para manejar las normas de tránsito y se obedecen estrictos procedimientos en cuanto al lugar en donde se colocan los dispositivos, teniendo preferencia por aquellos donde resaltan los índices de accidentes y excesos de velocidad.

En Reino Unido, la implementación de estos sistemas ha demostrado una reducción del 70% de las infracciones por exceso de velocidad en los lugares donde hay una cámara; una reducción de velocidad en un 6% y, el número de accidentes ocurridos cerca de estos lugares descendieron entre un 10 y un 40%. Además, los gastos de su aplicación (en el caso específico del Reino Unido), alcanza los 96 millones de libras (140 millones de euros), mientras que el valor estimado de la reducción de accidentes es de 258 millones de libras (380 millones de euros).

En Francia, se aplica el Control automático de la velocidad con 1,000 radares fijos y 500 móviles en toda la nación, mismos que están conectados a una oficina central donde se procesan las fotografías de las matrículas, se identifica al propietario del vehículo y se envía la multa, que deberá pagarse dentro de los próximos 45 días.

Con esta práctica, se han reducido las multas en un 1%; las velocidades medias en las carreteras francesas se redujeron en 5 km/h del 2002 al 2005 y en ese mismo periodo de tiempo, se redujeron los accidentes en un 30%. Del total de la reducción, el 75% se atribuyó al nuevo sistema de radares.

Cada año, cuesta 100 millones de euros dar mantenimiento a los 1,500 radares, mientras que los ingresos anuales por las multas de velocidad alcanzan alrededor de 375 millones de euros, dinero que se utiliza para financiar y mantener el sistema.

El dinero restante se utiliza para financiar otras actividades de seguridad vial.

Por último, están Países Bajos, Austria y la República Checa, que aplican el sistema de control por secciones, donde la velocidad media se calcula de forma automática, al identificar a un vehículo cuando accede a la sección bajo control y cuando la abandona, registrando el tiempo que ha transcurrido entre su paso por ambos puntos.

La aplicación de este sistema derivó en un aumento al respeto de los límites de velocidad: hasta un 98% y el primer plan demostró que la velocidad media de los autos descendió de los 100 a 80 km/h y la velocidad media de los vehículos pesados de 90 a 80 km/h. Los accidentes también se redujeron en un 47 %. La inversión anual alcanza entre 2 y 4 millones de euros, mientras que los ingresos por multas durante el primer año de funcionamiento fueron de 7 millones de euros.

Además, este sistema no sólo funciona para disminuir los accidentes viales y aumentar la seguridad en carreteras y vialidades, sino que algunos de los puntos de control por sección también sirven para mejorar la calidad del aire.

Como pudimos observar con estos ejemplos, las mejores prácticas viales se extienden de manera global con el único fin de reducir los accidentes viales y así cuidar la vida y la seguridad de las personas que utilizan vialidades y carreteras; un sistema de control vial automatizado, bien diseñado y de administración transparente, no sólo disminuye riesgos de accidentes y muertes, sino también, se apega a protocolos internacionales de seguridad vial.

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Grupo CADUMA

Publicado por Grupo CADUMA

18 Oct. 2016