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El suelo es un recurso vital para el desarrollo de plantas y cultivos que permiten no solo el sostenimiento de ecosistemas, también la producción de alimentos necesarios para la sobrevivencia de la humanidad.
La FAO describe que el suelo está compuesto por minerales, materia orgánica, diminutos organismos vegetales y animales, aire y agua. Es una capa delgada que se ha formado muy lentamente, a través de los siglos, con la desintegración de las rocas superficiales por la acción del agua, los cambios de temperatura y el viento.
Las plantas y animales que crecen y mueren dentro y sobre el suelo son descompuestos por los microorganismos, transformados luego en materia orgánica y mezclados con el suelo.
La composta es una forma de producir suelo fértil empleando desechos orgánicos que provienen de diversos usos o actividades, muchos de ellos de nuestro propio hogar y su proceso consiste en la descomposición de materia orgánica por microorganismos hasta formar suelo o tierra.
La elaboración de suelo fértil a partir de composta puede realizarse en casa empleando los residuos que se producen a diario y que al ser aprovechados reducirán el impacto al medio ambiente, además de ayudarnos a tener unas plantas envidiables.
Para la elaboración de composta se requiere de una caja o depósito, el tamaño dependerá de la cantidad que quieras producir y el espacio disponible, tu contenedor deberá tener una adecuada ventilación y de ser posible, estar en contacto directo con el suelo natural para favorecer el contacto con microorganismos; esta caja o contendedor, puede ser de madera u otros materiales que tengamos disponibles en casa.
Para que tu composta sea generada en poco tiempo se recomienda que se uses residuos orgánicos de diversos tipos y los cortes en pedazos lo más pequeños posible, e incluso, si existe manera de triturarlos, mejor.
Los residuos que puedes depositar y mezclar en tu composta pueden ser de alimentos como frutas y verduras, cascara de huevo, semillas, así como restos de podas u hojas, flores muertas, aserrín; sin embargo, es recomendable evitar residuos de carne, huevo, pescado o heces de animales ya que pueden generar malos olores y retrasar el proceso de compostaje.
Si elegiste hacerla en tu patio o jardín, elije un lugar con sombra y cava un hoyo; si la quieres dentro de tu casa, elije un bote de basura con tapa y haz en él algunos orificios, tanto en el cuerpo del bote como en la tapa, para que haya una adecuada ventilación.
En ambos casos, deberás colocar al fondo del hoyo o del cesto de basura, ramas y hojas secas; luego, echa una capa de tierra encima y a continuación, puedes colocar la primera ración de residuos orgánicos. Cuida de taparlos bien con una capa de tierra, esto evitará malos olores y que se acerquen insectos molestos, como moscas. Siempre intercala las capas de residuos con una de tierra.
Debes regar la composta ocasionalmente, para que se mantenga húmeda, pero no debe encharcarse y deberás agitarla u oxigenarla cada dos semanas para asegurar el proceso. La composta tardará un par de meses en estar lista en primavera y verano, pero en invierno el tiempo se prolongará. Sabrás que está lista para usarse cuando hayan desaparecido los desechos orgánicos y sólo puedas ver una tierra negra, húmeda y que no huela mal.
Ya tienes tu abono para tus plantas, el cual podrás colocar una vez al año a tus macetas, jardín o árboles. Trata de colocar a tus plantas junto con la composta, lombrices de tierra, que con sus heces enriquecerán el suelo y lo oxigenarán con los túneles que cavan. ¡No les tengas asco! Son unas grandes aliadas para la salud de jardín.
Publicado por Grupo CADUMA
20 Feb. 2017